Espíritu de Dios, te invocó desde mi dolor de madre (padre), para pedirte que te poses sobre el corazón de mi hijo (a) ___,
Sólo tu poder y tu fuego sagrado pueden limpiarlo (a) de tanto desamor en su corazón para que deje la rebeldía que tiene conmigo, para que no siga siendo grosero (a), tratándome mal, ignorándome, burlándose, no hablándome ni haciéndome caso y muchas otras cosas que ya no sé cómo debo manejar.
Espíritu Santo espárcete sobre mi hijo (a), apodérate de él (ella), de su mente y sus sentimientos, para que vuelva a ser un hijo (a) comprensivo, amoroso, obediente y respetuoso.
Aleja de mi hijo (a) a las personas que lo han ayudado a que se vuelva rebelde y grosero, ayúdalo (a) a madurar y ver la vida con amor, que entienda que no le hace bien a nadie su actitud.
Y pon en su camino personas de buen corazón, que él (ella) escuche, para que comprenda el error que está cometiendo con su comportamiento.
Te pido Espíritu Santo, que me perdones si he fallado como madre (padre), si no he sabido conducir a mi hijo (a) para que sea una persona respetuosa.
Te ruego Espíritu de Dios que escuches mi clamor, porque me duele mucho soportar cada día las groserías de mi hijo (a), me duele que nuestra relación ya no sea la misma, que se haya olvidado de cuando era más pequeño (a) y me escuchaba y obedecía con amor.
Espíritu Santo, te pido que me des mucha paciencia y sabiduría para saber manejar esta situación con mi hijo rebelde, para que mi comportamiento como respuesta al suyo, no empeore las cosas entre nosotros.
Enséñame también, Espíritu Santo, a saber manejar esto con el resto de la familia para que nos nos afecte a todos, que todos unidos podamos superar su grosería sin dañar el resto de nuestras relaciones familiares.
Que podamos perdonarnos mutuamente por las ofensas y el daño que nos hemos hecho, y podamos volver a sentir el amor que nos une y que así sea para siempre.
Espíritu Santo, ven a mi hogar, ven a mi familia, ven sobre mi hijo (a) y transfórmalo con tu poder.
Amén.
