Dios mío, cuida a mis hijos,
mira sus vidas, extiende tus brazos de amor,
llénalos con tu gracia y tu verdad,
que sus mentes sean protegidas por ti,
no permitas que se desvíen tras la mentira
ni se dejen engañar por cosas vanas.
Pon en ellos inteligencia, valor y
deseos de hacer las cosas bien.
Te ruego que des paz a sus corazones,
des palabras positivas y de aliento a sus labios,
que quites todo pensamiento que sea destructivo,
amargo y de resentimiento.
Ayúdame a ser un canal de bendición para ellos,
para que también vean tu amor
a través de la manera como les trato.
Te lo ruego Señor, mi Dios,
en el nombre de Jesús. Amén.
Mensajes y pensamientos cristianos para mi familia
Sin importar que tan fuerte sea la tormenta hoy, jamás dudes del infinito amor que siente Dios por nosotros.
El primer éxito de nuestra vida y por lo que debemos siempre agradecer a Dios, es por nuestra familia.
No dejes que te acusen ni cuestionen por tu pasado. A Dios no le importa. A Él solo le interesa lo que haces con tu vida en el presente y lo que piensas hacer en el futuro.
La vida es sencilla en realidad, pero nosotros a veces insistimos en hacerla complicada. DA sin esperar nada, ESCUCHA sin pretender, ABRAZA sin retener, ACONSEJA sin imponer, HABLA sin ofender y AMA sin depender de nadie.
Si el ODIO toca a tu puerta dile que se olvide de ti, que no tienes espacio en tu corazón lleno de AMOR.
Dios no sólo bendice, él hace de ti una bendición para los que te rodean.
Cada día que comienza es una nueva oportunidad. Haz solo lo natural que DIOS hará lo sobrenatural.
Entrega tu amor más grande a quien aunque no sabe de amor, lo necesita más que nadie.
Cuando das o entregas algo de corazón, no te preocupes que Dios te recompensara con el doble.
No le pidas a Dios que haga tu vida más fácil, pídele que te haga una persona más fuerte para enfrentar y vencer los retos.
Recuerda que lo que es “imposible” para los hombres, es “posible” para Dios.
Si hoy la vida te saco un collar de lágrimas, mañana Dios te dará una gargantilla de bendiciones.
Él te dará su mano cuando nadie te quiera ayudar. Él no te juzgará cuando otros te condenen.
Igual que una flecha que antes de dispararla arrastramos la cuerda hacia atrás, cuando Dios te arrastre, eso indica que serás lanzado hacia adelante, hacia algo grande. Confía porque Él sabe lo que hace con tu vida y te desea lo mejor.
Sueña en grande, planea lo que deseas, trabaja duro, sonríe siempre y los milagros comenzaran a suceder.
Los milagros ocurren cuando sustituimos las quejas por la oración y los miedos por la fe.
Los guerreros más poderosos se arrodillan ante DIOS, para después poder estar de pie ante el mundo.
Cierra los oídos al DESÁNIMO que te dice: no luches, ni al FRACASO que te dice: no lo intentes. Dios te dice: NO TE RINDAS que estoy a tu lado.
Dios enseña que hacer lo mejor no es “hacer lo mejor que se puede”, sino lo que se debe.
