Con la vara que midas serás medido ¡Significado!
Es increíble la cantidad de refranes que repetimos hoy en día y que muchas veces no conocemos su verdadera historia; dichos como: “Con la vara que midas serás medido” se escuchan diariamente, y aunque de momento no parece muy difícil de entender, estas palabras esconden una verdad impresionante.
Muchos de estos refranes fueron palabras del mismo Jesús, que hoy en día se han vuelto dichos comunes en nuestra vida diaria; hablamos de frases que nos muestran la sencillez de Dios y cómo él desea hacernos entender su justicia a través de acciones que realizamos cada día, y que si no tenemos cuidado podremos ser víctimas incluso de nuestras palabras.
¿Cómo explica la biblia esta verdad?
En mateo 7:2 podemos encontrar como Jesús se expresaba a través de esta frase. Cierto día, junto a sus discípulos, al explicar una de sus tantas enseñanzas, se detuvo y dijo estas palabras: “No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes”
Nuestro señor quería enseñar a la multitud que cada uno de nosotros debemos pensar muy bien antes de señalar a una persona, que nadie es completamente perfecto y que de la misma forma en la que decidas criticar o juzgar a otros, igualmente serás juzgado. Podemos decir que la frase puede definirse en una palabra “Justicia“
Por otro lado, se puede apreciar esta frase como una enseñanza a quienes pasan gran parte de su tiempo observando o hablando sobre los errores de otras personas, y aunque sabemos que es realmente fácil notar las equivocaciones de los demás; lo que no esperamos es que Dios a pesar de su misericordia y amor es lo suficientemente justo como para juzgarnos de la misma manera.
¿Qué significa “con la vara que midas serás medido”?
Además de enseñarnos acerca de la justicia de Dios, podemos explicar fácilmente este refrán con otro muy simple; “No hagas a los demás, lo que no te gustaría que te hicieran” si tan solo estas palabras se cruzaran por nuestra mente antes de juzgar o criticar a alguien más, podríamos evitar ser víctimas de nuestras opiniones, que aunque a veces no las expresemos con malas intensiones, no están exentas de herir a alguien.
“Con la vara que midas, serás medido” esta frase es tan fácil como decir que lo que hagas simplemente se te devuelve y que si no prestas atención a lo que dices, terminarás arrepentido. Jesús quería enseñar sobre la misericordia y compasión por otros, es decir, el principio de empatía que nos ayudaría a comprender que nadie está exento de pecar.
Por otro lado, más adelante Jesús continúa diciendo: “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?”
Hoy en día, se usa esta frase como una advertencia a quienes están en una posición de jueces, para recordarles que nadie debería hacer algo que no está dispuesto a soportar, en otras palabras, ninguno de nosotros es tan perfecto como para señalar los defectos de otra persona.
El poder de las palabras
Muchas de las heridas de la humanidad van más allá de maltratos físicos, incluso hay quienes afirman que hubiesen preferido un golpe en vez de una palabra hiriente, ¿por qué? Pues simplemente porque las palabras tienen poder y duelen aún más si salen de una persona a quien le tenemos mucho afecto. Además, se vuelven casi imposibles de olvidar
Las palabras son tan poderosas que incluso podemos encontrar un pasaje en la biblia que nos explica la importancia de cuidar lo que decimos:
“La lengua puede traer vida o muerte; los que hablan mucho cosecharán las consecuencias.” Proverbios 18:21
Este es solo uno de los muchos versículos en los que el señor nos advierte sobre las consecuencias que podemos cosechar de nuestras propias palabras, y aunque una opinión puede parecer muy insignificante, no es más que la muestra misma de lo que de verdad llevamos en el corazón.
“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.” Lucas 6:45
Por si fuera poco, en las escrituras es posible encontrar recompensas para quienes deciden cuidar sus palabras y la forma en la que hablan a los demás, como una muestra de la importancia de cuidar lo que decimos y como lo hacemos.
“El que refrena su boca y su lengua se libra de muchas angustias.”
Proverbios 21:23
¿Como evitar juzgar a otros?
No podemos escapar de nuestra naturaleza caída, el pecado concebido en el huerto del edén nos hizo imperfectos; tanto, que es casi imposible no juzgar a las personas, incluso, es posible hacerlo hasta inconscientemente. Sin embargo, no es como si todo estuviese perdido, y aunque es muy difícil dejar de hacer algo a lo que estamos muy acostumbrados, una de las promesas que Dios nos deja en su palabra es que a diferencia de nosotros “Nada es imposible para Dios” Lucas 1:37
Leer las escrituras y la relación que mantengamos con Dios, es la única seguridad de que podemos ser mejores personas y que al momento de pecar, podremos ser advertidos por el espíritu santo, que es quien nos redarguye del pecado.
Si sientes que es algo muy difícil para ti, podrías comenzar pensando o practicando lo siguiente:
- Antes de hacer un comentario sobre la vida de alguien, pregúntate si tú haces lo mismo o si algún día podrías cometer ese mismo error.
- Piensa como te sentirías tú, si alguien te dijera tus mismas palabras.
- Pide a Dios que pueda llenarte de su misericordia para que seas capaz de ver a los demás como él lo hace.
Recuerda siempre: Todos cometemos errores. Somos amados y perdonados por el mismo Dios, y aunque nadie merecía ser perdonado, aun así él derramó su sangre para limpiarnos de la inmundicia del pecado, así que, si la única persona en el universo que es perfecta decidió no juzgar a nadie, ¿por qué deberías hacerlo tú?
